miércoles, 25 de diciembre de 2013

La ridícula idea de no volver a verte - Rosa Montero

Se puso a llover repentinamente y me refugié en la biblioteca que hay cerca de casa -qué mejor sitio para refugiarse- y curioseé entre los libros de novedades y elegí uno que llevarme -me cuesta horrores no traerme ninguno, a pesar de que en la casa tengo libros que quizás no pueda leer en toda la vida-. Me traje el último libro de Rosa Montero, de la que no había leído nada con anterioridad, pero mi mujer que sí había leído un libro suyo (La hija del caníbal) me había comentado que le había gustado. El título me encantó: La ridícula idea de no volver a verte, no sé por qué pero me sonaba a frase hecha o a estribillo de canción -quizás exista-.

Leí la sinopsis y explicaba que el libro hablaba "de la superación del dolor, de las relaciones entre hombres y mujeres, del esplendor del sexo, de la ciencia y de la ignorancia , de la fuerza salvadora  de la literatura y de la sabiduría de quienes aprenden a vivir con plenitud y con ligereza.". Buf -pensé- un libro que abarca multitud de temas y todos me interesan. Por si fuese poco también añadía que era un libro "libérrimo y original... inclasificable..." y además incluía un Diario de Marie Curie. Esto último fue lo que me dejó un poco fuera de juego. ¿Que incluye un diario de Marie Curie? Efectivamente así debería ser pues pasando las páginas rápidamente comprobé que insertadas en el texto había salpicadas distintas fotos de la famosa científica polaca. Me lo llevo.

En cuatro sentadas lo he leído y quitando "el esplendor del sexo" que yo no lo encontré por ninguna parte, el resto, aunque ligeramente sí está en el libro.

Lo más acertado es que es un libro escrito con mucha libertad, pues la autora mientras avanza por la biografía de Marie Curie, introduce su principal preocupación sobre el principal tema de la superación de la muerte de un ser querido, punto en común de su vida privada en el momento en el que leyó la vida de Marie Curie. Me ha gustado.

Pd: Con la lectura de este libro me quité esa fama de la que tanto me tacha mi mujer de ser un lector exclusivo de autores masculinos.

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